Sánchez cede al chantaje de Argelia: aumentará las ayudas a la inmigración para frenar el coladero
No sólo es el gas. Argelia se ha convertido en un quebradero de cabeza para las Fuerzas de Seguridad del Estado que luchan contra la inmigración ilegal en las costas españolas. El reconocimiento de la autonomía marroquí en el Sáhara que realizó el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado mes de marzo, asumiendo las tesis de Mohamed VI, ha soliviantado a Argelia y ha abierto de par en par las rutas marítimas de las pateras. Para tratar de suavizar las relaciones y acabar con esas travesías, Sánchez está dispuesto a aumentar de forma significativa las ayudas económicas a Argel. Un chantaje de Estado similar al que ha configurado las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos en los últimos años.
Los datos son de récord: en el segundo fin de semana de septiembre, las costas españolas recibieron 927 inmigrantes ilegales. De ellos, 900 procedían de Argelia. La avalancha afecta especialmente a Islas Baleares, Almería, Murcia, Alicante y Granada. Los focos geográficos más al alcance de una travesía desde Argelia.
El repunte de pateras desde Argelia no es nuevo ni puntual. A las Fuerzas de Seguridad del Estado no les pilla de imprevisto, ya que vienen sufriéndolo desde la pasada primavera. Justo cuando el Gobierno de Pedro Sánchez dio un volantazo de 180 grados a la política exterior española sobre el Sáhara. Un posicionamiento que había contado con el consenso de todas las fuerzas políticas desde la Transición y que, de golpe y plumazo, cambió por decisión única y personal de Pedro Sánchez.
«Prioritario»
Argelia ha roto -o dejado en suspenso, según esgrime la diplomacia española- el tratado de amistad que regía, entre otras cosas, la lucha contra la inmigración ilegal. Uno de los efectos es el ya conocido. Además, hay que sumar que cada argelino que pone pie en las costas españolas no puede ser devuelto, ya que la ruptura de amistad también ha anulado el tratado de devoluciones.
De esta manera, Argelia asume el papel que en los últimos años venía escenificando Marruecos. Un desafío que alcanzó su punto álgido en mayo de 2021, cuando alrededor de 10.000 personas saltaron la valla de Ceuta y entraron a nado a la ciudad en apenas 24 horas. Una avalancha sin precedentes hasta ese momento.
Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez busca aplicar las mismas recetas al problema argelino que las que aplicó sistemáticamente a Marruecos: aumentar el importe de las ayudas para comprar el favor del Gobierno de Argel.
Según explican fuentes de Interior a OKDIARIO, la clave de ese movimiento hay que buscarla en Exteriores. El Ministerio de José Manuel Albares ha recibido orden de situar a Argelia con el estatus de «país prioritario» en la recepción de ayudas estatales para la lucha contra la inmigración y para la cooperación internacional. Una calificación que Argelia había perdido paulatinamente desde 2009.
Por aquel entonces, Argelia recibía de España 65,2 millones de euros por la suma de ayudas brutas a la cooperación e inmigración. Eran los años en los que Argelia figuraba en el Plan Director como «País Prioritario». En 2019, las ayudas se quedaron en 7,8 millones de euros.
El plan de Sánchez, básicamente, consiste en recuperar los niveles de desembolso económicos de estos años. Paralelamente, explican esas mismas fuentes de Interior, el aumento de las ayudas también alcanzará a la cooperación policial entre ambos países.